La Cofradía de San Antonio de Padua
da inicio el próximo martes, 4 de octubre (festividad de San Francisco de
Asís), el Solemne Ejercicio de “Los Trece Martes” en honor a
su Glorioso Titular, San Antonio de Padua, en la ermita del monte Hacho.
El orden de los cultos es el siguiente: A
partir de las 17:30 horas, Ejercicio de los Trece Martes, Santa Misa y
Responsorio.
Celebrará la Eucaristía D. Cristóbal
Flor Domínguez, párroco de Nuestra Señora del Valle y director espiritual de la
Hermandad.
Además, coincidiendo con nuestro regreso de la Peregrinación que hemos realizado a Padua, en Italia, la Misa se ofrecerá en Acción de Gracias por los beneficios recibidos de nuestra visita al Sepulcro de San Antonio. Con motivo del inicio de estos cultos, recordamos que continuamos con la campaña de recogida de alimentos denominada “El Pan de los Pobres”.
La ermita de San Antonio permanecerá
abierta a los fieles todos los martes, de 10:00 a 13:00 horas, y de 17:00 a
19:00 horas.
LOS TRECE MARTES
El origen de los Trece Martes es muy antiguo. Poco después de la muerte de nuestro Santo se le comenzó a venerar en martes.Aunque el Santo paduano murió un viernes, 13 de junio. El martes siguiente tuvo lugar la traslación del cuerpo del Santo desde Arcella a Padua. Y en este día obró en Padua San Antonio toda una serie de milagros. Este fue el motivo por el cual los habitantes de Padua tomaron costumbre de visitar y venerar el sepulcro del Santo, especialmente los martes.Esto fue el principio de la devoción de los martes dedicados a San Antonio. Tras esto, se introdujo en Padua la costumbre de practicar nueve martes seguidos en honor del Santo paduano, y en estos martes se le honraba y se le pedía alguna gracia.
Además, coincidiendo con nuestro regreso de la Peregrinación que hemos realizado a Padua, en Italia, la Misa se ofrecerá en Acción de Gracias por los beneficios recibidos de nuestra visita al Sepulcro de San Antonio. Con motivo del inicio de estos cultos, recordamos que continuamos con la campaña de recogida de alimentos denominada “El Pan de los Pobres”.
LOS TRECE MARTES
El origen de los Trece Martes es muy antiguo. Poco después de la muerte de nuestro Santo se le comenzó a venerar en martes.Aunque el Santo paduano murió un viernes, 13 de junio. El martes siguiente tuvo lugar la traslación del cuerpo del Santo desde Arcella a Padua. Y en este día obró en Padua San Antonio toda una serie de milagros. Este fue el motivo por el cual los habitantes de Padua tomaron costumbre de visitar y venerar el sepulcro del Santo, especialmente los martes.Esto fue el principio de la devoción de los martes dedicados a San Antonio. Tras esto, se introdujo en Padua la costumbre de practicar nueve martes seguidos en honor del Santo paduano, y en estos martes se le honraba y se le pedía alguna gracia.
Esta
devoción se propagó luego por toda Italia, hasta que en el año 1617 obró el
Santo un prodigio estupendo por esta devoción. Dos esposos estaban muy
apenados, porque, después de 22 años de matrimonio, no tenían sucesión. La
esposa, en su tribulación, acudió a San Antonio, pidiéndole auxilio en su
desgracia. San Antonio se le apareció en sueños y le dijo:
Visita
nueve martes seguidos mi imagen en la iglesia de San Francisco, recibe allí los
Sacramentos y verás tu anhelo cumplido.Puso
en práctica aquella mujer cuanto le dijo San Antonio y, por fin, dio a luz un
hijo. Mas su gozo no fue completo, pues el niño no daba esperanza de salud.
Ella, llena de fe en su Santo protector, hizo que le llevaran el niño al altar
del Santo. ¡Cosa admirable! Al volver a los brazos de su madre quedó curado y
lleno de vida.
Este
milagro se propagó y contribuyó a que se extendiera más y más la devoción de
los martes de San Antonio. Andando el tiempo, debido a la piedad de los devotos
del Santo, el número de los martes se extendió a trece.El
Papa León XIII no sólo aprobó y bendijo esta devoción antoniana, sino que
concedió indulgencia plenaria a cada uno de los trece martes dedicados a San
Antonio, con tal que sean seguidos. Lo cual se puede hacer en cualquier época
del año. Primero, concedió esta indulgencia a los cofrades de la Pía Unión. Mas
luego, en el año 1898, se extendió a todos los fieles que, confesados y
comulgados, visitaren una iglesia con la imagen del Santo.