Los ceutíes en general y los feligreses de la Parroquia de Nuestra Señora del Valle en particular vivieron, prácticamente sin saberlo, uno de los momentos más importantes de la historia de Ceuta, ya que a las 12.00 horas se oficiaba una solemne misa en la citada parroquia para proceder a la presentación la que es la talla de la Virgen más antigua que existe en la ciudad, más incluso que la imagen de la Patrona, Nuestra Señora de África, y esta es precisamente la pequeña imagen tallada en piedra de Nuestra Señora del Valle.
El acto, oficiado por el párroco del Valle, el padre Cristóbal 
            Flor, contó con la presencia del presidente de la Ciudad Autónoma de 
            Ceuta, Juan Jesús Vivas, y con otros miembros del equipo de Gobierno 
            que quisieron estar presentes en este importante acto al que también 
            asistió un gran número de feligreses.
La imagen, de la cual tras su última restauración en Sevilla allá 
            por los años 70 se decía que no era la original ya que regresó a la 
            ciudad policromada, ha sido restaurada por Alvaro Domínguez Bernal, 
            quien resalta 
            que durante el proceso de restauración se han podido eliminar todas 
            esas dudas existentes sobre la autenticidad de la talla, 
            certificándose que se trata de la imagen original que Juan I de 
            Portugal trajo hasta la ciudad hace seiscientos años y por
             consiguiente una de las primeras imágenes cristianas de la Virgen 
            que cruzaron hasta el continente africano, por lo que podría decirse 
            que la imagen se ha revalorizado en todos sus aspectos, tanto 
            cultural, como artístico, e histórico.
La restauración.
En cuanto a la restauración, la cual dio comienzo en los salones de 
            la parroquia el 9 de septiembre y finalizó el pasado día 15 de 
            noviembre, Domínguez Bernal destaca que 
            fundamentalmente se le ha devuelto a la virgen su estado original. 
            En este sentido, el restaurador destacaba que durante todos estos 
            años la imagen ha sufrido muchos accidentes y en el último proceso 
            de restauración, allá por los años 70, se le introdujo unos cuernos 
            de acero recubiertos de cemento y posteriormente se le policromó. 
            Con el paso del tiempo y la humedad, esos cuernos de acero se
             oxidaron y reventaron el cemento ocasionando un daño mayor a la 
            talla.
Durante el proceso de restauración, inicialmente se procedió 
            a realizar una radiografía a la talla en el Hospital Militar, 
            detectándose un total de ocho pernos de acero desde el cuello a la 
            cabeza, que como se indica anteriormente tras oxidarse reventaron el 
            cemento añadido y dañaron la piedra. Por consiguiente, durante la 
            restauración se han eliminado esos pernos, se ha limpiado la piedra 
            del óxido existente y también ha decapado (retirada de la policromia 
            o pintura), proceso tras el cual se pudo llegar hasta la piedra 
            original y propia de la época.
Una vez finalizadas todas estas fases, se procedió a la
             reintegración volumétrica de las zonas perdidas con una resina 
            especial anclada con unos pernos de acero inoxidable.
             Además, durante el proceso se realizó una leve inclinación de la 
            cabeza de la Virgen hacia la izquierda, tal y como se tallaban las 
            imágenes en esa época.
Durante la restauración, tanto el cronista oficial de la Ciudad, 
            José Luis Gómez Barceló, como el arqueólogo de la Ciudad, Fernando 
            Villada, han podido también constatar que se trata de la imagen 
            original, no en vano se mandó una muestra de la piedra a Madrid, 
            certificándose su antigüedad y la composición de la misma, 
            proveniente de la península ibérica.
             Finalmente, el restaurador reconoce que se ha tratado 
            de un reto muy interesante tanto a nivel profesional como nivel 
            artístico, y asegura sentirse orgulloso de haber podido participar 
            en la recuperación de una pieza de tanto valor histórico como 
            artístico para Ceuta.
La historia de la imagen
             La Virgen del Valle es una imagen gótica, de piedra, que algunos 
            dicen procedía de un aerolito, y que traía en su embarcación Juan I, 
            quién la dejó en la ciudad a su marcha, en principio en la Catedral. 
            Así lo autentifica el Capellán de la Emperatriz Leonor en 1456, 
            Nicolás de Walkenstein cuando escribe que allí la vio y que se daban 
            medallas con su efigie a los peregrinos. 
Pero la Catedral se puso 
            bajo otra advocación: La Asunción, y la imagen pasó al Valle, donde 
            se encuentra ya en 1581.
Durante el siglo XVII aumenta su devoción y 
            posiblemente sea entonces cuando comience a crearse la leyenda. Una 
            historia que tiene, como casi todas, un germen documental. Se halla 
            éste en el hecho de que cuando el Rey entró en la Ciudad, herido en 
            una pierna como venía, se quedó en una mezquita a descansar hasta 
            que le avisaron que la población había caído en sus manos y que
             podía entrar sin peligro. Aquel refugio provisional sería el
             edificio que hoy es la Iglesia del Valle.

