martes, 3 de marzo de 2015

LA BAMBALINA FRONTAL DE NUESTRA SEÑORA DEL MAYOR DOLOR FUE PRESENTADA EN LA CAPILLA DE LA ESPERANZA DE TRIANA
 
 
 
Las labores de restauración y pasado a nuevo soporte de terciopelo morado del emblemático palio de Nuestra Señora del Mayor Dolor se están llevando a cabo por el bordador Jesús Rosado Borja en su taller de Écija (Sevilla). De la recuperación de esta singular y valiosa pieza del bordado cofrade, uno de los más significativos ejemplos del estilo Regionalista sevillano, podremos contemplar este año completamente terminada la bambalina frontal en sus dos caras. Su presentación oficial tuvo lugar el pasado domingo 1 de marzo, en el transcurso de una Misa de acción de gracias celebrada en la Capilla de los Marineros, sede de la Hermandad de la Esperanza de Triana, a la que pertenecieron las bambalinas hasta que fueron adquiridas por la corporación ceutí de los Remedios en 1951.
 
La bambalina frontal se presentó sobre los varales de la Esperanza de Triana, en un sencillo montaje realizado por el equipo de priostía de la Hermandad Trianera. La Eucaristía fue celebrada por el Padre Pablo Antonio Morillo Rey, rector de la Basílica del Cachorro. Al acto asistieron numerosos cofrades sevillanos, miembros de la Hermandad de los Remedios que se habían desplazado desde nuestra ciudad y algunos ceutíes residentes en Sevilla, destacando la representación de la Casa de Ceuta con su presidente Juan Carlos Jiménez Gamero. También asistió el bordador ecijano Jesús Rosado Borja, autor de los trabajos de restauración, así como el vestidor de la Esperanza de Triana Francisco Javier Hernández, el restaurador José Manuel Cosano, muy vinculado a Ceuta por haber intervenido las imágenes de San Antonio del Hacho y Nuestra Señora de los Remedios; y el historiador José Ignacio Sánchez Rico, miembro de la comisión artística de la Hermandad de la Esperanza de Triana.
 
Al termino de la Misa de Acción de Gracias el Hermano Mayor de los Remedios, D. José Francisco Montes Ramos, hizo entrega a la hermandad sevillana de un pergamino conmemorativo dibujado por él mismo. Posteriormente se celebró una comida de Hermandad. La recuperación de la bambalina frontal ha levantado una gran expectación entre los cofrades sevillanos, que acudieron a la capilla de los Marineros para contemplarla de cerca y con detalle.
 
 

 
UN POCO DE HISTORIA
 
Las bambalinas fueron diseñadas por el ceramista José Recio del Rivero basándose en los diseños regionalistas propios de la cerámica trianera, de sabor renacentista, buscando un sello de identidad para la Esperanza. Los bordados fueron acometidos entre 1917 y 1918 por el mítico taller “Hijos de Miguel Olmo”, considerado el más prestigioso y pulcro obrador del bordado en oro sevillano.
 
Ya en poder de la Hermandad de los Remedios, los bordados son pasados en tres ocasiones distintas a malla de oro (1959, 1994 y 2007). Estas intervenciones, proyectadas con más buena voluntad que acierto, fueron devaluando la obra hasta hacerla perder su categoría original, resultando prácticamente irreconocible para muchos cofrades sevillanos que pudieron contemplarla con motivo de su exposición en la VI edición de la Muestra Nacional de Artesanía Cofrade celebrada en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla en 2002.
 
La Hermandad de los Remedios, actual propietaria de esta importante obra y, por tanto, obligada a su conservación y legado a futuras generaciones, se planteó su urgente y necesaria recuperación como algo prioritario, para lo cual ha confiado el proyecto a tres artistas que están volcados en la difícil pero gratificante tarea de devolver a los bordados su esplendor primigenio: el excelente bordador Jesús Rosado, con gran experiencia en la recuperación de piezas históricas; el diseñador y dibujante cordobés Rafael de Rueda que ha recuperado el diseño original de Recio del Rivero sirviéndose de antiguas fotografías; y el pintor y escultor ecijano Amadeo Rojas, que ha recreado las figuras de los ángeles que sostienen la cartela central.
 
La conservación de muchas piezas originales repartidas entre el techo de palio, los faldones y las propias bambalinas, han propiciado una óptima recuperación, aunque algunos elementos han tenido que rehacerse, como la cartela central y el cuerpo de los ángeles tenantes. Se espera que la recuperación integral del palio concluya en 2018, coincidiendo con la celebración de su primer centenario.