lunes, 24 de julio de 2017

Hechos y Milagros de la Virgen de África: El incendio del Parque de Artillería.

Unos de los milagros de la Virgen de África es el acontecido el 8 de agosto de 1855, en el Parque de Artillería, situado en el solar donde hoy en día se levanta el Parador "La Muralla". Ese acuartelamiento contaba con varios almacenes, en los que se guardaba gran cantidad de bombas y pólvora.

La tranquilidad de aquella veraniega tarde se pierde ante un gran extruendo que conmueve y hace temblar a toda la ciudad, llegando a derrumbarse algunas viviendas y rompiéndose multitud de cristales. 

La confusión y el pavor se apoderan de la población, que se arroja a la calle intentando averiguar el motivo del formidable estampido. El miedo aumenta, cuando se extiende la noticia que afirma la explosión de la pólvora de uno de sus almacenes, provocando un incendio que se propaga por todo el Parque, pudiendo producir en pocos segundos la destrucción de toda la ciudad.

"Por encima de las casas, de lo más alto de la ciudad veíanse las llamas que, potentes subían y subían cada vez más, ennegreciendo el cielo diáfano de aquel caluroso día de agosto, con las negras columnas de humo que salían del parque y que el viento de poniente hacía correr al interior de la población".

Los miembros de las familias se buscaban en aquella dantesca escena, en medio de lamentos, lloros y confusión, con el fin de reunirse y buscar un refugio, ya que Ceuta, en aquellos momentos de la historia, no contaba con medios para extinguir el incendio.

En medio de aquella confusión, los ojos del pueblo de Ceuta se vuelven hacia la Virgen de África, pidiendo piedad para ellos, cuando ya está perdida toda esperanza humana.



"Obróse en las muchedumbres sobrecogida, una hermosa reacción, la fe de sus mayores llena sus almas y delirante ante la única esperanza, creyendo infalible el milagro, confiando en su Santa patrona, corren en tropel todos hacia el templo de Nuestra Señora".

Al grito de "¡Virgen de África, agua!", penetran en su Santuario como a continuación se relata: "abalanzanse a las cerradas puertas, que se rinden a las culatas de los soldados y al irresistible empuje de infinidad de brazos; y entra el templo el pueblo en masa; corren los padres al pie del altar, otros llevan sus hijos al Camarín para resguardarlos de la destrucción y miles de personas arrodilladas no dejan de repetir el "¡Virgen de África, agua!".

Era tal el tropel de hijos de Ceuta que suplicaban su salvación a la Patrona, que una vez llena la iglesia, eran muchos los que"permanecían arrodillados en la puerta ocupando la ancha Plaza de África, cercana la incendio, uniendo sus acongojadas voces a la de sus vecinos de dentro diciendo "¡Virgen de África, agua!".

Cuando desde dentro del Santuario oyen sorprendidos los gritos de júbilo de los que permanecen fuera, que han visto "una pequeña nube que mancha el azul purísimo del Cielo, la ven llenos de estupor avanzar sobre la plaza, marcha hacia encima del Parque, extenderse allí y comenzar a arrojar el agua deseada, el agua pedida con tanto afán, el milagro que les salvaba, concedido por su Excelsa Patrona en recompensa de su devoción".

Aunque no se ha encontrado un escrito que acredite documentalmente este hecho, se trata de una tradición que se propagó oralmente.

Juana María Gutiérrez Benítez